En el mundo empresarial actual, el crecimiento sostenido no implica solo alcanzar el EBDITA positivo de manera rápida, sino también mantenerlo de forma sostenida y a largo plazo. La innovación juega un papel crucial en esta apuesta por el crecimiento, permitiendo a las empresas a adaptarse a las cambiantes dinámicas del mercado y asegurar su posición competitiva.
A continuación exploraremos por qué la innovación es fundamental para el crecimiento sostenido, garantizando no solo rentabilidad sino ventajas competitivas significativas.
Los mercados están en constante evolución, las preferencias de los consumidores, acceso a nuevas tecnologías y las regulaciones cambian continuamente. La innovación permite a las empresas responder rápidamente a estos cambios, adaptando productos, servicios y procesos operativos.
Las empresas que no innovan siempre están en riesgo de quedarse atrás, mientras que aquellas que lo hacen pueden mantenerse relevantes e incluso anticiparse a tendencias futuras.
Uno de los pilares del crecimiento sostenido es la capacidad de una empresa para diversificarse. La innovación abre puertas a nuevas oportunidades de negocios y mercados no explorados. A través de la creación de nuevos productos o reinventar los existentes, las empresas pueden capturar segmentos de mercado adicionales, lo que les permite seguir creciendo.
Este tipo de diversificación para algunas mentes conservadoras pudiese parecer riesgoso y con falta de enfoque, sin embargo reduce la dependencia de una sola fuente de ingresos lo que a la larga reduce el riesgo de perder el mercado, que tanto esfuerzo les ha logrado dominar, ante un player nuevo y disruptivo.
Hablando de riesgos, existen diversos estudios que demuestran que las empresas que se apalancan de la innovación son 40% más ágiles y capaces de mitigar riesgos, por ejemplo, durante la pandemia COVID-19, muchas empresas que ya habían invertido en digitalización e innovación tecnológica fueron capaces de cambiar rápidamente su modelo de negocio hacia el comercio electrónico o trabajo remoto. Este tipo de resiliencia, facilitada por la tecnología y apertura a la innovación, asegura que una empresa no dependa de un solo enfoque, permitiendo que se mantenga estable incluso en tiempos de crisis.
Innovar no solo se trata de crear nuevos productos, sino de también de mejorar los procesos internos. Optimizar la eficiencia operativa mediante la automatización, el uso de tecnologías emergentes o la simplificación de procesos permite a las empresas reducir costos y mejorar su rentabilidad a largo plazo. Este tipo de innovación ayuda a mantener un crecimiento sólido y estable, evitando incluso desperdicios, errores humanos y maximizando recursos disponibles.
Las empresas innovadoras suelen ser vistas como lugares atractivos para trabajar, lo que les permite atraer y retener a los mejores talentos. Cuando las personas perciben que una empresa está comprometida con la innovación y el crecimiento continuo, están más dispuestas a contribuir al éxito de la misma. Un equipo talentoso, motivado y con la estructura adecuada para innovar, es clave para llevar a las empresas a nuevas alturas.
La innovación ha sido y sigue siendo, un factor decisivo para el crecimiento empresarial a lo largo de los años, muchas empresas han logrado mantenerse relevantes gracias a su capacidad de innovar, por ejemplo FEMSA y Rappi.
Fundada en 1890 en México, FEMSA comenzó en la industria de bebidas y ha sabido adaptarse a los cambios del tiempo. A lo largo de los años, ha expandido su presencia a través de estrategias innovadoras que no solo incluyen la diversificación de sus productos, sino también la entrada a nuevos mercados. En las últimas décadas, FEMSA se ha enfocado en su expansión de su red de tiendas OXXO y la integración de nuevas tecnologías en su cadena de suministro, lo que le ha permitido mantenerse competitiva y crecer en mercados internacionales.
Como podrás ver la cultura de innovación no siempre implica cambios drásticos ni tecnología de punta, FEMSA ha demostrado que su crecimiento sostenido se ha logrado mediante la adaptación continua a las necesidades del mercado y optimización de procesos existentes. El resultado es un crecimiento constante y predecible que no siempre viene de una disrupción radical.
Fundada en 2015 en Colombia, Rappi es un claro ejemplo de cómo la innovación disruptiva puede transformar un mercado; Originalmente, la plataforma se centraba en la entrega de comida, más rápidamente diversificó sus servicios para incluir pagos, envíos de productos e incluso tarjetas de crédito. Su capacidad para adaptarse a las necesidades cambiantes de los usuarios, especialmente durante la pandemia, le permitió un crecimiento acelerado en toda Latinoamérica.
Rappi representa la nueva generación de innovación en América Latina, donde las empresas están aprovechando la digitalización para expandir sus servicios rápidamente. Este tipo de innovación disruptiva le ha permitido a Rappi posicionarse como un "unicornio", un ejemplo claro de cómo la flexibilidad y la creatividad pueden asegurar un crecimiento rápido, pero también sostenido, al adaptarse continuamente a las demandas del mercado.
Tanto FEMSA como Rappi muestran que la innovación continua es esencial para mantener y potencializar el crecimiento. En el caso de FEMSA, la cultura de innovación a través de mejoras en procesos y sistemas internos además de expansiones estratégicas ha sido clave para su estabilidad a largo plazo. Por otro lado, Rappi ha demostrado que una cultura disruptiva puede catapultar a una empresa al éxito global en poco tiempo, siempre y cuando exista la capacidad de adaptarse rápidamente a las nuevas tendencias y tecnologías.
En ambos casos, la innovación ha permitido a estas empresas latinas no solo a sobrevivir sino a prosperar.
